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¿Quiénes Somos?

Nuestro referente de identidad se ancla en dos elementos: la Neuropsicología y nuestro origen Latinoamericano.

La Neuropsicología, esa mágica tierra de todos, en la que intentamos desentrañar los vericuetos de la esencia humana desde sus raíces neurales, nos hermana en la búsqueda del conocimiento de nuestra esencia misma y de las anomalías que pueden surgir en el camino. Los estatutos de SLAN lo hacen explícito cuando predican que “La neuropsicología procede -como su nombre lo indica- de un doble anclaje en las ciencias neurológicas y las ciencias cognitivas”, y que “la neuropsicología, es eminentemente interdisciplinaria (es decir, interesa a los clínicos y a los investigadores de distintas profesiones: medicina, psicología, fonoaudiología, lingüística, informática, entre otros).” Nos reconocemos entonces como una Sociedad plural y diversa, tanto por partir de una amplia base disciplinar como porque nuestros intereses y curiosidades abarcan un amplio espectro, desde lo neural hasta lo cognitivo (y lo humano); a condición tan sólo que aceptemos ese doble e indisoluble anclaje. Esa pluralidad y esa diversidad son parte de nuestra riqueza y fortaleza.

Por otro lado, somos Latinoamericanos. Orgullosamente Latinoamericanos. Herederos de la riqueza cultural latina (gala, lusitana e hispánica) como referente cultural y lingüístico; pero también de Lautaro, de Benito Juárez y de Eloy Alfaro, Habitantes del lugar más hermoso y acogedor del planeta, venimos construyendo una manera de entender el mundo que nos permite entendernos hermanados como Latinoamericanos. Y ese es uno de los sentidos y de las responsabilidades de una sociedad como SLAN: la de servir como aglutinante, como caja de resonancia y como plataforma de proyección hacia el mundo globalizado de esa peculiar manera de entender el mundo y del conocimiento que aquí se produce. Esa responsabilidad es tanto más grande en la medida que el accionar natural de SLAN es la cognición humana. Si no somos nosotros quienes pongamos de presente que esas múltiples maneras de aproximarse a la cognición son parte de la riqueza de la diversidad y no tan sólo demostraciones patológicas del subdesarrollo, ¿quien lo haría? Es por ello que también en los estatutos de SLAN se señala que “(…) la neuropsicología reconoce en la formación de sus investigadores la pertinencia de diversos parámetros de orden sociocultural (v. gr., nivel de escolaridad, características inherentes a las lenguas habladas y escritas en el seno de la especie humana, etc.)”. Lo anterior, por supuesto, en los terrenos de la “normalidad”, no puede hacernos olvidar los terrenos de la patología, la cual debemos entender como una oportunidad de servicio pero también como un laboratorio que nos ayuda a entender mejor muchos de los secretos mejor guardados de la fisiología neural y de sus expresiones fenomenológicas.

Ya los artistas y humanistas Latinoamericanos han hecho lo suyo. No podemos los hombres y mujeres de ciencia ser menores a esa responsabilidad.

“Todas las voces todas, todas las manos todas….”

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